Varias jóvenes denunciaron que un sujeto les dice “asquerosidades” y las corre por la calle. Ahora por miedo, cuentan los episodios de hostigamiento en las redes sociales para advertirle a futuras víctimas.
Varias jóvenes vecinas de la localidad bonaerense de Castelar denunciaron que un hombre las persigue y acosa verbalmente cada vez que lo cruzan en la calle. Por este motivo decidieron exponerlo en las redes sociales y una de ellas manifestó que también sufrió un intento de secuestro por parte de él.
“Atenderlo es una tortura, no podés mirarlo a la cara porque te clava fijo la mirada, a mis compañeras les hace caras asquerosas con la lengua. Hay que tener cuidado, ya tiene varios antecedentes de intentos de secuestro”, aseguró otra de las jóvenes acosadas.
Según comentó una de las personas que lo cruzaba diariamente “quise hacer algo porque era vecino mío pero la policía no mueve un pelo porque supuestamente ‘nunca llegó a hacer nada’. Suele andar por la plaza del vagón. Cuidense mucho porfa”.
Al mismo tiempo, otras personas que lo conocen y cruzan a diario aseguran que es un hombre que tiene “problemas psicológicos y con la droga y que por eso nunca lo agarran”.
En diálogo con cronica.com.ar, una de las chicas relató el episodio que vivió en su barrio con este hombre. Ella decidió llamar a la policía y advertir acerca de sus hostigamientos.
El primer episodio ocurrió hace un mes cuando ella estaba esperando un colectivo en su barrio. “Me dijo una asquerosidad cuando yo estaba sola en la parada del 269 un domingo al mediodía cuando en la calle no había ni un alma. Se me quedó al lado mirándome como esperando a que yo le dijera algo. Después de eso, vi una publicación de muchas chicas que vivieron situaciones parecidas”, recordó la joven.
Mientras que este lunes por la mañana, cuando se dirigía a una estética, se lo volvió a cruzar y vivió otro acontecimiento de acoso: “tenía que ir a un lugar sobre la calle Carlos Casares en Castelar, y dos cuadras antes me lo crucé, lo reconocí, intenté apurar el paso y me empezó a decir cosas. Me siguió las dos cuadras. En un momento empecé a correr y me siguió el paso al mismo ritmo. Cuando entré no lo ví más. Salí y me lo crucé en Arias de nuevo, después llegue a mi casa“, narró la adolescente.
Fuente: Crónica