Un incendio destruyó todas las instalaciones del lugar denominado Los Chicos del Barrio, que día a día alimenta a más de un centenar de personas.
A los inconvenientes que diariamente debían sortear para alimentar a más de un centenar de personas, se le ha sumado en las últimas horas, y por si fuera poco, una dificultad mucho más trágica para los mentores del merendero Los Chicos del Barrio. El establecimiento benéfico fue arrasado por un incendio que dejó sin nada a niños, padres y ancianos que acudían por un plato de comida, y en consecuencia imploran ayuda, con carácter de urgencia.
En su vivienda, del barrio La Victoria, de Moreno, Paola decidió, hace más de dos años, llevar a cabo una obra solidaria que le brindara almuerzo, cena, merienda, y en algunas ocasiones desayuno, a ochenta niños, a sus padres y a los abuelos más marginados por el actual presente socioeconómico.
En la jornada del último lunes, a alrededor de las 13, un sahumerio cayó sobre uno de ellos, y Paola no lo advirtió. Por lo tanto, en pocos segundos las llamas se propagaron y el incendio fue voraz.
La iniciativa se desarrollaba, principalmente, a través de donaciones que se entregaban en el domicilio de la mujer y posteriormente se distribuían a sus destinatarios. Justamente, en los últimos días, en motivo de las graves consecuencias de las inundaciones desencadenadas por el temporal del 12 de octubre pasado, se suministraron colchones, sin imaginar lo que vendría después.
En la jornada del último lunes, a alrededor de las 13, un sahumerio cayó sobre uno de ellos, y Paola no lo advirtió. Por lo tanto, en pocos segundos las llamas se propagaron y el incendio fue voraz. En este sentido, Daiana, cocinera del merendero, reconoció: “Fue angustiante. No me lo voy a borrar más, principalmente porque se perdió todo y no le spodemos dar nada a los chicos”.
Por si el dolor no alcanzaba para quienes impulsan el proyecto benéfico, las muestras de tristeza y desolación de los niños que concurren habitualmente profundizaron la desazón. “Los nenes venían y cuando veían cómo quedó el merendero nos decían: No vamos a tener más comida. Pero lo más doloroso fue una nena que lloraba, a quien le íbamos a festejar sus quince años en diciembre, porque su mamá no cuenta con los recursos para organizarle la fiesta”, relató Daiana.
Mientras abastecen con una porción de comida a los más de ochenta chicos, a sus padres y a los abuelos del barrio La Victoria, Paola y sus fieles colaboradores redoblan sus esfuerzos para que la reconstrucción se lleve a cabo en un plazo lo más corto posible. Por esta razón, acuden a una acción solidaria que comprenda donaciones de alimentos, prendas de vestir, calzado, heladeras, utensilios y equipamiento de cocina, como asimismo productos de limpieza, entre tantos otros bienes de primera necesidad.
Una colaboración que puede manifestarse en Plutarco 7106, de dicha localidad, o llamando al 11 5975-2313 o al 11 6188-0079.
Fuente: Crónica