La UNLaM organizó el 1º congreso sobre Políticas Ambientales

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En conjunto con FLACSO, expusieron especialistas de la disciplina de todo el país

Con el objetivo de intercambiar saberes, experiencias e investigaciones en pos de generar ideas y herramientas aplicables que contribuyan a las políticas públicas, la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), en conjunto con el área Antropología Social y Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) llevó adelante el 1º Congreso “Políticas Ambientales, desarrollo sustentable e innovaciones”, en el que participaron diversos especialistas de la disciplina del país.

Al respecto de la actividad, que tuvo lugar durante dos jornadas en la FLACSO, el director del Instituto de Medio Ambiente de la UNLaM, Mariano Jäger, remarcó la disertación y el debate de científicos de modo tal que “la función de extensión de la Universidad se lleva adelante, desde el conocimiento a la puesta en práctica con ideas y proyectos”.

En la misma línea, ponderó por el procedimiento de la gestación de la política pública, cómo debe ser elaborada, “más allá de las cuestiones ideológicas y que además el ciudadano, a través de la educación, debe cumplir con la política pública, o sea, la participación y el involucramiento para que sepa hacia dónde se quiere ir”.

Por su parte, en el panel “instituciones y calidad ambiental”, la docente investigadora de la UNLaM, Patricia Ynsfran puso como casos emblemáticos los procesos de urbanización en los barrios Carlos Gardel y Palito, que generaron un mejoramiento de la calidad de vida de la población, producto de que, en cuestiones ambientales, hubo una reducción del hacinamiento, apertura de calles, acceso al agua potable y cloacas y generación de espacios verdes, “cuestiones vitales para el ser humano”.

A su vez, la especialista hizo hincapié en “la fuerte impronta del cuidado del ambiente que tiene la UNLaM, no solo adentro, por los espacios verdes cuidados, que se amplían, sino también en el uso racional del agua y la luz, instalaciones libre de humo, acciones  que hacen a la calidad de las personas” que transitan por su campus a diario.

En sintonía con el director de Medio Ambiente, Ynsfran indicó que toda la ciudadanía debería comprometerse para el cuidado del medio ambiente, en el reciclado de los residuos, hacerse responsable de lo que cada uno genera en cuanto al consumo y potenciar la posibilidad de reciclar, reutilizar y reusar los residuos. O el proceso que la docente definió como las 3 R. 

Por su parte, Nathalie Puex, del área Antropología Social y Política de Flacso, agradeció a la UNLaM por el trabajo articulado en el cuidado del medio ambiente ya que “los estudiantes pueden, en un futuro, integrar equipos técnicos”.

Tras el Congreso, para Puex lo más relevante como política pública que debería encarar todo gobierno pasa por “generar campañas públicas con diversidad de actores en las escuelas, los centros comerciales y los consorcios de edificios para trabajar sobre los residuos que se producen en las ciudades que es un problema grave”.

Esa línea, también expresó su deseo de que se traten en cuestiones ambientales temas referidos a la salud, sea por la mala calidad del aire y el agua, habida cuenta que en América Latina existen “situaciones de vivienda que sufren enormemente cuestiones de impacto ambiental, desde el más rico al más pobre”.

Finalmente, en la exposición referida a las convenciones internacionales y su incidencia en las políticas de desarrollo, la presidenta de la Fundación Red Informática Ecologista, Amanda Bertolutti, aclaró que existen más de 120 convenciones, protocolos y anexos para el cuidado y preservación del medio ambiente, pero que, en varios casos, se superponen y no se las respetan políticamente porque “hay una mezquindad por el ahora y lo urgente para tapar agujeros, y no buscar lo importante”.

Por último, la científica también bregó para que las universidades, ongs, y la sociedad civil tengan incidencia en la toma de decisiones de medio ambiente, ya que, desde los 90 y a nivel mundial,  “el tema ambiental lo tomaron los gobiernos y por ende fue una moneda de cambio”.