Hoy la disquería “El surco loco” de Castelar festeja las bodas de oro, una vida brindando música a toda la zona oeste.
Pocos son los afortunados que se dan el lujo de festejar 50 años sosteniendo un comercio propio . Oscar Salomone es uno de ellos. En 1968 dejó de trabajar en una tornería ubicada en Haedo donde realizaba tareas administrativas y con solo 23 años de edad decidió cumplir el sueño de abrir su disquería.
Siguiendo los pasos de su ídolo Roberto Chimeli, quien contaba con más de diez disquerías en Morón, comenzó la búsqueda de lugar, hasta que logró encontrarlo en la galería lado norte de Castelar. Allí, frente a la calesita, nace un 23 de octubre “El surco loco” . Dos años después y con el éxito de su lado se mudó a otro inmueble que daba a la calle en la misma galeria. Ya instalado en la localidad y habiendo alcanzado un merecido reconocimiento logra comprar su propio local en Carlos casares 958, el lugar que tantas satisfacciones le dió, donde sin pensarlo, 50 años después, festeja las bodas de oro, plagada de recuerdos imborrables, de metas cumplidas y seres queridos que cosechó a lo largo de su extensa trayectoria en la zona oeste.
“Hubo etapas muy buenas como el año 1977 que me pude comprar el local, yo alquilaba, pagaba la cuota de una casa que me había comprado en Villa Ariza, en Ituzaingó y juntaba plata para poder comprarme mi propio negocio, se trabajaba mucho”
Era la época dorada de los discos y apenas salía el último de algún ídolo la gente corría a la disquería para no perdérselo “Salía el de Sandro y vendía 100 long play en dos días, salía Palito Ortega, Sergio Denis, lo mismo, todo el mundo llevaba long play”
Sobre los soportes discográficos que siguieron reflexiona “El magazine se le enganchaba la cinta a los aparatos y no servia, pero el cassette fue bastante bueno. Lo mejor fue el CD, para mi incluso mejor que el long play, es mas claro que el disco”
En relación a los costos de que se manejan en la actualidad explicó “Hoy un CD cuesta entre 400 y los 600 pesos, aunque el último CD de Paul McCartney (Egypt Station) de fabricación nacional, tiene un valor de 1300 pesos, sólo para fanáticos”
Salomone asegura que desde hace un año sus ventas disminuyeron notablemente, pero a la situación del país, se suma la era digital que complica al rubro: streaming, Bluetooth, Spotify y playlists, soportes musicales que llevan a las disquerías camino a la extinción “Nos mató un poco, a mi y a varios comercios, imprentas, casas de fotografías y no creo que vaya a cambiar”
Sin embargo, todavía hay gente que sigue apostando al CD, “Tengo muchos clientes fijos que vienen todos los meses y gente mayor que quiere tango y folclore que no se llevan bien con el pendrive. Hasta que se puedan conseguir los aparatos, porque van a desaparecer”
Tantos años brindando música en la zona oeste, tanta historia en Castelar que Salomone con 73 años se emociona al mirar todo el camino recorrido “Parece que fue ayer, pero pasaron 50 años donde logré muchos amigos de toda la vida, tengo los mejores recuerdos”.