Despidieron los restos del kiosquero asesinado en Ramos Mejía

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Familiares y amigos acompañaron el cortejo fúnebre hasta el cementerio de Morón.

Entre las cinco de la tarde del martes y las nueve de la mañana de este miércoles se llevó a cabo el velorio de Roberto Sabo (48), el kiosquero ejecutado de cuatro balazos en Ramos Mejía mientras atendía su local. Por el caso hay dos detenidos, un delincuente con amplio prontuario y la adolescente de 15 años que lo acompañaba.

El velatorio comenzó a las 17 de este martes en la cochería Pache, en Eva Perón 1122, y a las 9 de este miércoles partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio municipal de avenida avenida Hipólito Yrigoyen 1400, donde se llevó a cabo la inhumación de los restos de Sabo.

Pedro, el padre del kiosquero asesinado, dijo en la puerta de la cochería que a su hijo “la gente en este momento lo está recordando con cariño, siempre lo tienen presente”.

Pedro Sabo, el padre del kiosquero asesinado en Ramos Mejía. Foto Guillermo Rodríguez Adami.

“Dicen que van a poner un santuario frente al quiosco y no estaría mal porque hace cuarenta años que estamos en la cuadra”, contó Sabo, acompañado por los hijos de Roberto, Tomás y Nicolás.

A su vez Pedro contó que estuvo reunido con el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, a quien le pidió “que pongan seguridad en el kiosco”.

Durante el cortejo hacia el cementerio, en un vehículo se trasladaban los familiares de la víctima: sus padres y sus hijos, Tomás y Nicolás, quienes en las últimas horas mostraron frente a las cámaras de televisión su inmenso dolor, su enojo por la falta de seguridad y su reclamo de justicia para Roberto.

Acompañaron la caravana decenas de autos con amigos, familiares y vecinos, que en las últimas 72 horas se unieron en los reclamos a la dirigencia política.

Familiares, amigos y vecinos despiden a Roberto Sabo. Foto: Guillermo Rodriguez Adami.

“Se que muchos clientes lo querían mucho. El que quiera pasar a despedirlo y dejarle un mensaje es más que bienvenido“, se leía en la invitación de la familia de Roberto.

El cuerpo de Sabo fue entregado este martes a la familia luego de haber sido sometido a una autopsia, examen que indicó que la víctima recibió cuatro disparos de un arma calibre .22 en la zona del tórax, lo que le produjo la muerte casi en el momento.

Incidentes en la marcha

“Seguridad”, “Queremos justicia”, “Roberto presente”, “Asesinos”. Con esas consignas, aplausos y gritos, miles de vecinos de Ramos Mejía marcharon este lunes por el crimen de Sabo, asesinado el domingo mientras atendía su “Drugstore Pato” a 300 metros de la comisaría.

Tras horas de tensión, cerca de las 20.30 hubo incidentes. Un grupo de manifestantes arrojó botellas, palos y hasta petardos contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos. Hubo tironeos por una bandera y un policía fue retirado herido.

Masiva marcha por el crimen del kiosquero en Ramos Mejía: hubo incidentes y la policía tiró gases lacrimógenos. Foto: Rafael Mario Quinteros

La movilización había comenzado poco antes de las 19, desde la puerta del local hasta la comisaría 2da de Ramos Mejía. Pero al llegar a la esquina no pudieron avanzar: un vallado los detenía.

Los manifestantes tiraron el cerco al piso e intentaron avanzar. Los agentes formaron un cordón y quedaron cara a cara con los manifestantes. Hubo empujones y momentos de tensión. Los vecinos -muchos de ellos adultos mayores- comenzaron a forcejear para pasar del otro lado.

El hecho

El crimen de Sabo ocurrió el domingo pasado el mediodía en la zona más céntrica de Ramos Mejía y a tres cuadras de la sede policial.

Al kiosco de la Avenida de Mayo al 800 entraron un hombre y una adolescente de 15 años, ambos armados, y sorprendieron al trabajador: pidieron la plata de la caja, le mostraron un revólver y lo mataron de cuatro disparos calibre .22.

Luego, la pareja robó un remis, chocó el auto y robó una moto para escapar. El raid violento ocurrió en menos de 15 minutos y terminó con la pareja detenida.

Roberto Sabo, con Nicolás y Tomás, sus hijos. El kiosquero fue asesinado durante un asalto en Ramos Mejía.

El ladrón que mató a Sabo se negó a declarar ante el fiscal de la causa, lloró y pidió que por favor no le “pidan prisión perpetua”.

El ladrón había estado seis años preso por un robo a mano armada y había recuperado la libertad en agosto de 2020.

El fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza lo imputó por “homicidio agravado criminis causae y por el arma”, “robo calificado -dos hechos-“, “hurto de vehículo”, “portación ilegal de arma de fuego de uso civil”, todo ello “agravado por la participación de un menor”, un delito que prevé la pena máxima.