Ocho personas acusadas de integrar una banda de estafadores que se dedicaba falsificar títulos secundarios, terciarios y universitarios, que vendía por entre 4.000 y 20.000 pesos, fueron detenidas al cabo de doce allanamientos en la zona sur y oeste del conurbano, informaron fuentes policiales.
La denominada banda del «Jinete Negro», en referencia al apodo de su cabecilla, fue apresada tras una pesquisa llevada a cabo por efectivos de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad.
De acuerdo a la investigación, la organización se dedicaba a la confección de títulos secundarios, terciarios y universitarios de diferentes casas de estudio, públicas y privadas.
Los estafadores ofrecían sus servicios a través de páginas web, diarios y folletos entregados en la vía pública y cobraban entre 4.000 y 20.000 pesos por los títulos, dependiendo el nivel y la casa de estudios.
En el marco de la causa, que lleva adelante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 11, a cargo de Claudio Bonadio, fueron individualizados ocho integrantes de la banda.
El cabecilla fue identificado con el apodo de «Jinete Negro» y era quien se encargaba de llevar adelante toda la operación, supervisándola desde el inicio hasta el fin.
Su socio, alias «El Gordo», era en tanto quien se contactaba con los clientes, les requería por Whatsapp toda la información necesaria para confeccionar los títulos y luego se los entregaba.
Otro de los detenidos es un hombre apodado «El Peque», quien según las fuentes obtenía todos los datos necesarios para la confección de los títulos, como firmas, promedios y establecimientos educativos, mientras que «El Turco» era el imprentero y conseguía la materia prima para confeccionar los documentos y los sellos.
Por su parte, «Bamban» era el contador de la banda y, con la ayuda de «El Bicho» manejaba la cuenta bancaria para que los clientes depositaran los pagos.
La única mujer de la organización, «La Princesa», se encargaba de las relaciones públicas y la atención de los interesados en comprar los títulos truchos, mientras que «Nacho» era quien se dedicaba a ocultar las huellas y los elementos constitutivos de ilícito, agregaron los informantes.
Las fuentes explicaron que la banda pedía a sus clientes fotos 4×4, DNI y los datos básicos para, en menos de 48 horas, falsificar un titulo y entregarlo.
Se estima que los criminales operaban desde hace tiempo con un importante grado de profesionalismo y, en todos los casos, la persona que ofrecía los servicios aseguraba a sus clientes que quedarían inscriptos en todas las dependencias pertinentes de manera «legal».
Tras las pesquisas, el juzgado interventor libró 12 órdenes de allanamiento que se llevaron a cabo en Lomas de Zamora, Avellaneda y Morón, donde se logró detener a los ocho integrantes de la banda.
Los detectives corroboraron que se trataba de una organización de alto grado de profesionalismo, ya que tenían sellos de organismos nacionales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires, de Córdoba y de Mendoza, como así también de funcionarios autorizados a legalizar los títulos, tinta y papel especial para imprimir analíticos de buena calidad.
Durante los allanamientos se secuestraron títulos recién confeccionados que no llegaron a entregarse, dos impresoras láser de última generación, dinero en efectivo y elementos tecnológicos utilizados para concretar los trabajos.
Los detenidos quedaron a disposición de la Justicia, en el marco de una causa caratulada como «falsificación de documentos públicos».
Fuente: Crónica