En tanto, cinco de esos efectivos fueron condenados en el mismo juicio oral a penas de entre cinco y doce años de prisión por un hecho ocurrido tres días antes del crimen, en el que tres jóvenes fueron privados de la libertad y sometidos a apremios ilegales en la seccional de la mencionada localidad, ubicada en el partido de Merlo.
El veredicto fue dado a conocer ayer por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Morón, integrado por los jueces Marcos Lisa, Agustín Gossn y Carlos Torti, y generó bronca entre los familiares de Gorosito (22).
La absolución por el crimen de ese joven alcanzó a Adrián Giménez, Pablo Nieva, Hernán Oviedo, Raúl Ortiz, Cristian Fortunato, Luis Fernández, Gabriel Sánchez, Leonardo Ose, Marcelo Dipierro, Rubén Villalba, Gonzalo Cueli y la civil Aixa Soledad Sosa.
Durante los alegatos, el fiscal Antonio Ferreras no había imputado a ninguno de los acusados por considerar que no quedó probado que la víctima haya estado secuestrado en la comisaría de Mariano Acosta, donde prestaban servicios los ex policías, ni que hayan sido los autores y/o partícipes de los tormentos que provocaron la muerte.
Por su parte, el abogado de la familia Gorosito, Silvio Alfonzo, había pedido que se condenara a perpetua a tres de los policías y a penas de 8 a 18 años al resto, pero el tribunal no hizo lugar.
El abogado Alfonzo dijo que para él el alegato del fiscal fue “una vergüenza” y que se basó, a su criterio erróneamente, en que el testigo presencial que se encontraban en la comisaría “confundió” a Gorosito con uno de los muchachos secuestrados en el otro hecho.
“El episodio previo es parte de un raid delictivo en el que los policías buscaban a Gorosito con el ardid de que procuraban detener al supuesto ladrón del arma de Giménez”, recordó el letrado y añadió que para el particular damnificado el verdadero móvil de los acusados fue vengarse de Fabián porque éste tuvo una relación sentimental con la novia del mencionado efectivo.
Respecto del hecho del que fueron víctima otros tres jóvenes, el fiscal sí había pedido penas y el tribunal resolvió imponerle las siguientes: Giménez, 12 años de prisión; Di Pierro, 10 años; Nieva, 9 años; Oviedo, 8 años y Cuelli 5 años.
No obstante, todos seguirán en libertad hasta que sean confirmadas por el Tribunal de Casación Penal bonaerense.
Este fue el segundo juicio que se lleva a cabo por el caso: en 2013, el TOC 4 de Morón había absuelto a todos los imputados por falta de pruebas, aunque esa decisión fue luego revocada por Casación, que ordenó un nuevo proceso.
El crimen ocurrió el 15 de agosto de 2010, cuando Gorosito, quien trabajaba en un frigorífico situado en la estación de Agustín Ferrari, apareció muerto en un descampado ubicado en las calles Gabriel Mistral y 24 de Noviembre, junto a las vías de la ex línea Belgrano.
Según la instrucción de la causa, el joven había ido a comprar a un kiosco y allí fue interceptado por policías a bordo de un auto particular y dos motos.
Luego fue llevado a la seccional local, donde se cree que lo torturaron, y lo llevaron malherido hasta el descampado, donde finalmente lo asfixiaron.
En principio, los policías trataron de hacer pasar el hecho como un accidente (una intoxicación y posterior caída a una zanja), pero los peritajes establecieron que sufrió severos castigos antes de ser asesinado y que murió por asfixia mecánica.